El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, en una reveladora entrevista con el canal australiano SBS, ha reiterado que no se arrepiente de haber ordenado el asalto a la Embajada de México en Quito.
Este acto, que resultó en la detención del exvicepresidente Jorge Glas, ha provocado un aluvión de críticas internacionales, pero Noboa se mantiene firme en su decisión.
“No me arrepiente”, afirmó el mandatario, destacando que fue una respuesta necesaria ante lo que considera una provocación por parte de México.
En el centro de esta polémica está la acusación de Ecuador hacia México por haber violado primero las convenciones internacionales al ofrecer asilo a Glas, quien ya enfrentaba cargos legales en Ecuador.
“Es primero una violación del Gobierno mexicano, a la que luego le sigue otra violación, pero teníamos que actuar, teníamos que tomar una decisión, porque había un plan para escapar del que estábamos al tanto”, explicó Noboa.
La comunidad internacional, sin embargo, ha condenado casi unánimemente la acción de Ecuador por romper la inviolabilidad de la sede diplomática.
La firmeza de Noboa también se refleja en su crítica hacia aquellos Gobiernos que, según él, utilizan sus embajadas como escudos de impunidad bajo la fachada de refugio político.
“Nosotros condenamos el hecho de que algunos Gobiernos usen sus embajadas bajo la fachada de un refugio político que en realidad es impunidad, es salvar a los criminales de sus sentencias”, añadió el presidente.
Esta declaración apunta directamente al asilo otorgado a Glas, quien estaba procesado por delitos comunes, situación que según la Convención sobre Asilo de Caracas, no califica para el asilo.
Las acusaciones contra Glas incluyen malversación de fondos públicos y asociación ilícita relacionadas con la reconstrucción tras el terremoto de 2016 y el caso Odebrecht.
“En este caso Jorge Glas tenía una sentencia, y tenía que estar en la cárcel”, reiteró Noboa, defendiendo la justicia de los procesos legales a los que fue sometido Glas.
Pese a esto, el exvicepresidente ha rechazado continuamente las acusaciones, alegando ser víctima de 'lawfare'.
La captura de Glas dentro de la Embajada de México ha sido declarada ilegal por un tribunal ecuatoriano, sin embargo, permanece encarcelado con condenas pendientes.
En el contexto político, esta acción coincide con un referéndum sobre reformas de seguridad y justicia, convocado por Noboa, quien busca proyectarse como un líder justo.
“Quiero que me vean como alguien justo, no necesariamente como un tipo duro”, expresó Noboa, comentando sobre la difícil tarea de equilibrar la percepción pública con la necesidad de actuar decisivamente.
Finalmente, ante la crisis diplomática resultante con México, Noboa ha propuesto un acercamiento menos formal.
“Invitaré a López Obrador a comer un ceviche, y probablemente también podemos comer unos tacos y hablar, cuando él esté listo”, sugirió, en un intento por suavizar las tensiones.
La ruptura de relaciones y la denuncia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por parte de México subrayan la seriedad del incidente y los desafíos que enfrentará Ecuador para navegar sus consecuencias internacionales.
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