No cuentes tus metas si quieres alcanzarlas

Hablar sobre tus proyectos con otras personas puede afectar tu motivación y alejarte del cumplimiento de tus metas. Te contamos por qué. 



¿Alguna vez has escuchado que no debes contarle a nadie tus propósitos hasta que se cumplan? Tal y como sucede con varios dichos populares, este es un buen consejo.

Y no se trata solamente de superstición; hay motivos comprobados que pueden llevarte a fallar si compartes con otros esos proyectos o ideas que aún no has materializado.

Así, la idea es clara: no cuentes tus metas si las quieres cumplir.

Y hoy en las noticias te contamos por qué.

 Esto se puede aplicar a diversas situaciones cotidianas, desde estar pensando en mudarte de casa, hasta querer comenzar un emprendimiento o bajar de peso.

Es normal que sintamos el impulso de compartir con otros estos proyectos en mente.

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La autodivulgación (o compartir información valiosa sobre nosotros mismos) ayuda a generar intimidad en las relaciones.

Sin embargo, antes de hacerlo, debemos considerar algunas situaciones.

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Para lograr una meta, resulta crucial que tengamos la creencia de que es posible alcanzarla.

Hay personas cuya convicción con su proyecto es sólida, pero también es común que existan dudas y miedos y que esa certeza no sea tan firme.

 Cuando compartimos nuestras metas y objetivos con otros antes de cumplirlas, nos exponemos a recibir opiniones y consejos de todo tipo; y es probable que muchos de ellos no sean alentadores.

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Esas personas cercanas pueden tener una visión pesimista de tu proyecto, recalcar constantemente lo que puede salir mal y alentarte a abandonarlo.

Aunque no lo hagan con mala intención, sus comentarios pueden hacerte dudar y flaquear, incluso construir un muro psicológico que llegue a limitarte de forma importante.

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Nuestra biología puede jugar a favor o en contra en cuanto al cumplimiento de metas, y es que el éxito depende en gran medida de los neurotransmisores.

Cuando liberamos dopamina en respuesta a un estímulo o una acción que hemos llevado a cabo, sentimos placer, nos sentimos recompensados.

Y esto nos lleva a querer repetir la acción o a continuar por el mismo camino; es decir, nos motiva a seguir.

 Cuando establecemos un objetivo y lo dividimos en pequeñas submetas, el cumplimiento de cada una de ellas nos proporciona esa sensación placentera y reconfortante de logro.

Y, por lo mismo, continuamos hasta finalizar.

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Ahora bien, al contar nuestros propósitos y recibir el apoyo y la aprobación social al respecto, estamos obteniendo esa misma dopamina, pero en realidad no estamos avanzando, solo hablando de que avanzaremos.

De este modo, la motivación que necesitamos desaparece, porque según expertos, obtenemos la sensación prematura de ya poseer esa meta.

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Cuando le cuentas a otras personas tus proyectos es normal que se interesen por ellos y te preguntes regularmente qué progresos has hecho.

Si, por diversos motivos, no has podido avanzar o no lo has hecho tanto como desearías, estas conversaciones pueden realmente generar una sensación de fracaso y de incapacidad.

 Así, vas perdiendo confianza en ti mismo y, al no recibir retroalimentación social positiva, los niveles de serotonina en tu cerebro disminuyen.

Dado que este neurotransmisor también es esencial para poder concentrarte, lo más probable es que cada vez te resulte más complicado cumplir esos pasos que te separan de tu objetivo.

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Por último, te invitamos a que no cuentes tus metas porque esto puede conducirte a no terminar de cumplirlas.

Uno de los elementos fundamentales que nos impiden alcanzar nuestros objetivos es la procrastinación.

 Esa tendencia a dejar lo que debemos hacer para más adelante, a posponerlo y a entretenernos en tareas más sencillas e innecesarias.

Quizá pienses que esto sucede por pereza de la persona, pero en realidad es el reflejo del miedo.

 Cuando vemos la tarea como demasiado exigente o complicada, cuando no confiamos en que podamos sacarla adelante o sentimos mucha presión al respecto, procrastinamos.

Tal vez no de manera consciente, pero sí como un modo de evadir esa responsabilidad con la que sentimos que no podemos.

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Al compartir tus proyectos con otras personas, aumentas la presión al respecto; y es que ya no solo lo haces por ti, sino que ahora también debes cumplir las expectativas que los han puesto sobre ti y debes demostrar que puedes lograrlo.

Si eres una persona con tendencia a la procrastinación, esto puede bloquearte de manera importante.

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Por supuesto, la decisión de contar (o no)  depende solo de ti.

Sin embargo, has de tener en cuenta cómo esto puede afectar tu motivación y tu capacidad para completar este logo.

 Si realmente sientes que deseas hacer partícipes a los demás de tus proyectos, procura hablarles de los pasos intermedios que vas cumpliendo, y no del objetivo final que pretendes alcanzar.

Enfócate en las tareas, en el proceso más que en el resultado que esperas.

De este modo, es más probable que te mantengas positivo, activo y enfocado.

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