Los habitantes de Bogotá se enfrentan a un panorama inusual: por primera vez en 40 años, las autoridades han implementado un racionamiento de agua potable debido a la sequía que afecta a la región.
La medida, que comenzó el jueves, restringe el suministro de agua por 24 horas en diferentes zonas de la ciudad de forma rotatoria.
Cada usuario tendrá un total de tres días de restricción al mes.
La causa principal del racionamiento es la disminución del nivel de los embalses que abastecen a Bogotá, especialmente debido al fenómeno de El Niño que ha generado un déficit de precipitaciones y altas temperaturas en el último año.
El racionamiento ha tenido un impacto significativo en la vida cotidiana de los bogotanos.
Muchos han tenido que cambiar sus rutinas diarias, como bañarse antes de las 8 de la mañana o lavar la ropa a mano.
Los negocios que dependen del agua, como restaurantes y lavaderos de autos, también se han visto afectados.
Algunos han tenido que reducir su horario de atención o implementar medidas de ahorro, como reutilizar el agua.
La expectativa del gobierno local es que los embalses vuelvan a llenarse en más del 70% para finales de este año, como medida preventiva.
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