periodismo en Morelos se viste de luto con la trágica noticia del secuestro y asesinato del reconocido y productor Roberto Carlos Figueroa.
Su cuerpo sin vida fue encontrado esta tarde en un poblado de la región, marcando otro oscuro capítulo en la historia de la violencia contra los comunicadores en el estado.
Desde las primeras horas de la mañana, la familia y colegas de Figueroa se vieron sumidos en la angustia cuando se reportó su secuestro.
Su esposa, Esmeralda, recibió llamadas angustiantes solicitando un rescate a cambio de la vida del periodista.
A pesar de reunir el monto exigido y seguir las indicaciones de los captores, la tragedia se consumó.
La esperanza se desvaneció cuando el automóvil de Figueroa fue encontrado en un camino rural, acompañado no solo por su cuerpo, sino también por el de otro hombre.
Las autoridades confirmaron la identidad del periodista, sumiendo a la comunidad periodística y a la sociedad en general en un profundo dolor y consternación.
Figueroa, quien dirigía y conducía el portal “Acá en el Show”, se destacaba por su valiente postura crítica hacia la administración del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo.
Su compromiso con la verdad y la transparencia ahora lo ha llevado a un destino trágico, recordándonos el peligro que enfrentan los periodistas en la búsqueda de la justicia y la denuncia de la corrupción.
Este trágico suceso se suma a una serie de ataques contra periodistas en Morelos en los últimos años.
Recordamos el asesinato de Manuel González García en 2021, así como el de Renuncias de candidatas en Zacatecas no se deben a inseguridad: IEEZ.
La impunidad que rodea estos crímenes es un recordatorio doloroso de la urgente necesidad de proteger a los comunicadores y garantizar la libertad de prensa en el estado.
Gobierno de Morelos ha emitido un comunicado lamentando estos sucesos y exigiendo a las autoridades correspondientes una investigación exhaustiva para llevar a los responsables ante la justicia.
La sociedad civil, los medios de comunicación y las organizaciones defensoras de los derechos humanos se unen en un clamor por la justicia y la seguridad de quienes trabajan incansablemente por mantener informada a la población.
Este trágico episodio nos recuerda la valentía y el sacrificio de quienes dedican sus vidas a informar y denunciar la injusticia.
En su memoria, debemos redoblar nuestros esfuerzos para garantizar un ambiente seguro y propicio para el ejercicio del periodismo en México.
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