primer ministro de Japón, Fumio Kishida, se encuentra en el centro de un escándalo tras la revelación de la presencia de bailarinas eróticas en una reunión de su partido.
Imágenes filtradas del evento muestran a las mujeres en trajes de baño, bailando y recibiendo propinas con sus bocas.
Ante el parlamento japonés, el mandatario calificó el acto como "inapropiado y lamentable", reconociendo que no se ajustaba a los principios de diversidad que busca promover su gobierno.
Afirmó además que el evento no fue financiado con dinero de los contribuyentes.
organizado por una sección regional del Partido Liberal Democrático (PLD), generó indignación y controversia en el país.
Las bailarinas, pertenecientes a un grupo llamado Glamour Dancers, habrían sido instruidas a recibir las propinas en billetes con sus bocas.
Tetsuya Kawabata, uno de los organizadores, defendió la presencia de las bailarinas argumentando que buscaban garantizar la diversidad en el evento.
Sin embargo, posteriormente admitió que la excitación generada superó sus expectativas y renunció al partido.
La polémica surge en un momento en que el PLD busca incorporar más mujeres en la política japonesa, tradicionalmente dominada por hombres.
El gabinete de Kishida, que cuenta con cinco mujeres de veinte miembros, ha recibido críticas por este incidente.
El escándalo ha afectado los índices de aprobación del gobierno, que se sitúan en su punto más bajo desde que el PLD volvió al poder en 2012.
Según un sondeo de opinión, el índice de aprobación se ubicaba en un 18% en marzo.
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