Más de 130 estudiantes nigerianos que fueron secuestrados por hombres armados el 7 de marzo, finalmente regresaron a su estado natal en el noroeste de el lunes 25 de marzo.
Este hecho marca el final de una terrible experiencia para los jóvenes y sus familias, y se suma a la larga lista de secuestros masivos que han azotado la nación africana en los últimos años.
Seis estudiantes aún se encuentran hospitalizados y un miembro del personal que fue secuestrado junto a ellos lamentablemente murió durante el cautiverio.
Los niños, muchos de ellos menores de 10 años, fueron rescatados por las fuerzas militares en un bosque situado a unos 200 kilómetros al norte del lugar del secuestro.
Las autoridades no han proporcionado detalles sobre el operativo de rescate ni han confirmado si se ha detenido a algún responsable.
Los estudiantes, con el pelo recién cortado y ropa nueva, fueron recibidos en la Casa de Gobierno del estado de Kaduna antes de reunirse con sus familias.
El secuestro de 137 estudiantes es una cifra menor a la inicialmente reportada por las autoridades escolares, quienes mencionaron un total de 287 alumnos secuestrados.
El gobernador de Kaduna, Uba Sani, confirmó la cifra oficial de 137.
Es importante destacar la valentía de las fuerzas militares que llevaron a cabo el rescate y la alegría de las familias al reencontrarse con sus hijos.
Sin embargo, este caso también pone de manifiesto la necesidad urgente de medidas contundentes por parte del gobierno nigeriano para garantizar la seguridad de sus ciudadanos y proteger a los niños de este tipo de atrocidades.
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