Hace casi 50 años, los hermanos Walter y Arturo Pérez, conocidos como los "Hermanos Hércules" y los "Abuelos Fisicoculturistas", comenzaron a levantar piedras para desarrollar sus músculos.
Hoy, son leyendas en una zona agrícola de , donde entrenan a decenas de jóvenes.
Con 61 y 62 años, Walter y Arturo han enfrentado retos toda su vida a raíz de su sordera.
Sin embargo, su pasión por el fisicoculturismo los ha llevado a ganar 16 medallas y 20 trofeos en Nicaragua y Centroamérica entre 1988 y 2010.
En su modesto gimnasio en Santa Teresa, a 50 km al sur de Managua, los hermanos aún levantan pesas e inspiran a jóvenes como Ana Saborío, de 33 años.
"Ellos son una leyenda aquí y nos motivan a venir al gimnasio.
A su edad se ven magníficos", comenta.
Porfirio Cortés, de 28 años, encontró en ellos inspiración y guía.
"Yo era muy flaco y ellos me enseñaron a entrenar y qué debía hacer", relata.
Aunque no tienen recursos económicos, los "Hermanos Hércules" han ganado miles de seguidores en las redes sociales.
Su hijo Yahir les creó un perfil en TikTok y sus videos acumulan millones de "me gusta".
Un camino lleno de desafíosSu infancia no fue fácil.
De una familia pobre, Arturo y una hermana nacieron sordos.
Walter oía parcialmente, pero perdió la audición de niño.
Su madre les enseñó a leer y escribir en casa.
En las calles, donde vendían periódicos, sufrían burlas y agresiones por no hablar.
La situación cambió cuando se fortalecieron físicamente.
Superando obstáculos en el fisicoculturismoEn el fisicoculturismo, tuvieron que aprender a medir el tiempo sin escuchar la música de las competencias.
Con dedicación, lograron destacarse.
A pesar de sus logros, la pobreza sigue siendo una realidad.
El gimnasio, que combinan con trabajos modestos, es su principal fuente de ingresos.
Un legado de inspiraciónLos "Hermanos Hércules" son un ejemplo de superación y pasión.
Su historia inspira a jóvenes y demuestra que no hay límites para alcanzar los sueños.
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