Guinness World Records (GWR) dice que está llevando a cabo una revisión formal del título de “perro más viejo del mundo” que le dio a un canino portugués Bobi, que murió el año pasado.
La medida se produce tras las quejas de los veterinarios que plantearon dudas sobre su edad.
Bobi era un Rafeiro do Alentejo de pura raza que pasó su vida en un pueblo del centro de Portugal.
El GWR dijo originalmente que la criatura vivió 31 años y 165 días, rompiendo un récord que ostentaba desde 1939 un perro ganadero australiano que murió a los 29 años y cinco meses.
Los perros de la raza Bobi, utilizados tradicionalmente como perros pastores, suelen vivir entre 12 y 14 años.
Un portavoz de GWR dijo que la revisión del historial de Bobi estaba en curso e incluía revisar la evidencia nuevamente, buscar nueva evidencia y comunicarse con expertos y aquellos vinculados con la solicitud original.
"Mientras nuestra revisión está en curso, hemos decidido suspender temporalmente las solicitudes tanto para los títulos de récord de perro vivo como para [perro más viejo] hasta que todos nuestros hallazgos estén en su lugar y hayan sido comunicados", dijo el portavoz.
El dueño de Bobi, Leonel Costa, dijo en un comunicado el martes que después de la muerte de su perro, "una élite dentro del mundo veterinario.
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trató de darle a la gente la idea de que la historia de la vida de Bobi no era cierta".
Según Costa, algunos veterinarios estaban molestos porque atribuyó la longevidad de Bobi a factores que incluían una dieta constante de "comida humana" en lugar de comida para mascotas, que, según él, era a menudo recomendada por los profesionales del sector.
"Todo sería diferente si hubiéramos dicho que él [Bobi] comió comida para mascotas durante tres décadas", dijo Costa, añadiendo que se cumplieron todos los requisitos solicitados por el GWR.
Aún no se han tomado medidas con respecto a los poseedores de récords, dijo GWR.
Añadió que cualquier acción estaría determinada por el resultado de la revisión.
Antes de su muerte, a Bobi todavía le encantaban los paseos, pero se había vuelto menos aventurero, dijo Costa anteriormente a la agencia de noticias Reuters.
Su pelaje se estaba adelgazando, su vista había empeorado y necesitaba descansar más que en años anteriores, dijo Costa.
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