El primer día del estremeció a con un terremoto de magnitud 7.
6 en la provincia de Ishikawa, generando olas de hasta cinco metros y una alerta de tsunami.
Así mismo, se reportó un posible escape de materiales radioactivos de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa como consecuencia del sismo.
Aunque no se emitió una alerta nuclear similar al desastre de Fukushima en 2011, las autoridades mantienen una vigilancia constante sobre la planta, cerrada desde el terremoto de magnitud 9.
1 ocurrido entonces.
Aún no se han proporcionado cifras sobre víctimas, pero existe la preocupación por un posible segundo impacto en una instalación nuclear.
El recuerdo del desastre nuclear de Fukushima en 2011 vuelve a la mente de los japoneses, ya que tras años sin alertas de tsunami por sismos, se evalúa el posible impacto en las plantas nucleares que han permanecido inactivas desde aquel suceso.
Tokio Electric Power Company (Tepco), responsable de varias plantas nucleares, ha inspeccionado los daños ocasionados por el terremoto y ha descartado riesgos inminentes en la terminal de Fukushima.
El regulador de energía nuclear había levantado la prohibición de operaciones en la central de Kashiwazaki-Kariwa apenas cinco días antes del sismo, tras una pausa por cuestiones de seguridad.
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