Mauricio Marionsini, de 33 años, fue en inmediaciones de una Terminal de Ómnibus de Argentina de haber matado a puñaladas a su madre Tamara Marionsini, de 53, y al novio de ella, Silvio Rubén Martini, de 65.
En el momento de la detención, tenía en su poder una mochila con algunos objetos personales, prendas, un celular y una notebook, y al mostrar su identificación, se comprobó que era la persona buscada.
El sujeto no se resistió al operativo e incluso reconoció haber sido el autor del doble crimen que conmocionó a la ciudad: "fui yo", le dijo a los uniformados.
Tamara Marionsini y su pareja Silvio Martini fueron hallados sin vida dentro de su casa, en el suelo tapados con bolsas; ultimados a puñaladas con un cuchillo.
"Mara" luchaba contra un cáncer despiadado.
Puso un negocio y le costó mucho, pero también salió adelante.
Lo que no esperó jamás es que su propio hijo, su "niño eterno", como lo describía, la iba a asesinar, a pesar de sus antecedentes violentos.
La mujer y su pareja, un hombre que la había acompañado para superar cada obstáculo, fueron localizados por una empleada que tenían, y quien fue a verlos porque no respondían los mensajes ni los llamados telefónicos.
La investigación de la policía señala que podría tratarse de cuestiones económicas, ya que presuntamente el hombre quiso quedarse con la casa y un automóvil que era propiedad de su madre.
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