Andrés Manuel López Obrador, según la investigadora Aracely Burguete Cal y Mayor, ha adoptado una postura de negación hacia las demandas autonómicas territoriales de resistencia, lo que, a su vez, invisibiliza al Ejército Zapatista de Liberación Nacional () como estructura y organización.
Burguete, profesora e investigadora en el Sureste del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en AntropologÃa Social (CIESAS), destaca que el presidente se preocupa por "el zapatismo" como ideologÃa global libertaria, ya que desafÃa su uso instrumental de los pueblos indÃgenas.
Según la investigadora, el levantamiento armado del EZLN ha dejado huella en las luchas de resistencia a nivel nacional e internacional, desafiando el status quo del Estado y promoviendo enfoques teóricos como la perspectiva decolonial.
El Ejército Zapatista ha proporcionado legitimidad a las luchas de los pueblos indÃgenas como sujetos polÃticos y ha visibilizado sus luchas anticapitalistas y autonómicas.
El reconocimiento y visibilidad de las demandas autonómicas se han fortalecido con el tiempo, aunque enfrentaron inicialmente una falta de legitimidad por parte del Estado.
Sin embargo, a pesar de este reconocimiento gradual, el EZLN ha experimentado cambios en su estructura debido a la disminución de adherentes y la evolución de las demandas de las nuevas generaciones, que ya no se centran principalmente en la tierra.
Burguete indica que la reestructuración del EZLN hacia un "Gobierno Autónomo Local" se adapta a su realidad social actual, permitiéndole mantener su relevancia en los territorios.
Esta adaptabilidad estratégica, según la investigadora, asegura la supervivencia del EZLN como un sÃmbolo de resistencia global, a pesar de su debilidad en términos de estructura operativa.
En contraste, la postura del presidente López Obrador frente al EZLN y sus demandas autonómicas ha sido de indiferencia y negación.
Su enfoque de folclorización de los sÃmbolos indÃgenas y la falta de negociación con respecto a las megaobras en los territorios indÃgenas, como el y el Tren TransÃstmico, reflejan su resistencia a perder el control territorial del Estado.
El rechazo del presidente a las demandas autonómicas territoriales no solo invisibiliza al EZLN, sino que muestra su preocupación por el "" como una ideologÃa libertaria global que desafÃa su control sobre los pueblos indÃgenas.
Esta postura gubernamental obstaculiza las posibilidades de reformas indÃgenas significativas en el futuro cercano.
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