En muchos países de Europa el café caliente se consume en las mañanas o durante la tarde sin leche ni crema, manteniendo su sabor fuerte y es que una de sus principales características es la diversidad de matices que tiene.
Es por ello que muchas teorías aseguran que la costumbre de poner un vaso de agua junto al café proviene de los antiguos tostadores italianos que la hicieron popular en los bares.
En las noticias te compartimos más.
Los conocedores saben que esta pequeña acción permite hacer más completa la experiencia de disfrutar un café, ya que el agua fresca limpia el paladar y lo deja listo para su sabor.
Lo ideal es beber el líquido antes de tu americano o espresso para así eliminar sabores de otros alimentos y poder identificar los atributos y propiedades aromáticas cuando ingresa a la boca.
Además, el agua mitiga la sed y permite una mejor experiencia sensorial.
Cuando se bebe después del café, el agua realiza la función contraria, es decir, limpia la boca del sabor y la deja lista para disfrutar de una segunda taza.
Si te preguntas cuál es la temperatura ideal para el agua, pues esta debe estar fría, pero tampoco helada porque adormece las papilas gustativas y disminuye la percepción del sabor, además, el choque de frío/calor puede ser molesto.
¿Por qué debes echarle sal al café en vez de azúcar?Aunque parezca descabellado, hacerlo tiene un gran efecto en tu bebida de la mañana o tarde y aquí te lo explicamos.
Pues resulta que este ingrediente mejora el sabor amargo natural que sale del grano y factores como el tipo de café, calidad del agua, tostado, entre otros.
Es aquí donde la sal resulta más efectiva que el azúcar porque ayudará a neutralizar el sabor natural, eliminando el amargor en vez de ocultarlo debajo del dulce.
El truco consiste en agregar una pizca de sal a tu café (no necesitas una cucharadita porque la idea es no excederte) y remover bien para mantener un balance entre los sabores.
Si aún continúas percibiendo un sabor amargo, puedes agregar una pizca más.
la taza de espresso debe servirse acompañada de un vaso de agua cuyo fin es ayudarte a limpiar el paladar de sabores previos.
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La idea es que tomes un buen sorbo de agua y luego acerques la taza de café a tu nariz, inhala el aroma y disfrútalo.
Luego de mezclar la crema con una cucharita bebe uno o dos sorbos y saborea.
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