
La muerte de Julián Figueroa, hijo de Maribel Guardia y Joan Sebastian conmocionó a la sociedad mexicana por tratarse de un joven de 28 años, el único hijo de la actriz, y con una carrera por delante.
Un infarto fulminante fue la causa de su deceso que ocurrió el 9 de abril mientras el joven se encontraba en su residencia de Jardines del Pedregal.
Maribel Guardia confirmó la noticia las primeras horas del lunes a través de sus redes sociales, en las cuales dijo sentirse devastada.
Lo natural es que los padres mueran antes que sus hijos, de lo contrario, esa pérdida se convertirá en el dolor más grande que un ser humano puede experimentar.
Para saber cómo enfrentar un suceso de tal magnitud y los procesos que lleva una pérdida irreparable, como la de un hijo, La Verdad entrevistó al tanatólogo y psicoterapeuta Víctor Espinosa Mier y Terán.
.
"Para comenzar a responder esta pregunta me gustaría citar a una de mis autoras favoritas: “Sólo en los nacimientos y en las muertes se sale uno del tiempo; la Tierra detiene su rotación y las trivialidades en las que malgastamos las horas caen sobre el suelo como polvo de purpurina.
Cuando un niño nace o una persona muere, el presente se parte por la mitad y te deja atisbar por un instante la grieta de lo verdadero: monumental, ardiente e impasible.
”–Rosa Montero Cualquier muerte que se atraviese en nuestras vidas nos llevará a vivir un duelo.
Por definición, un duelo es un proceso adaptativo natural ante la pérdida de una persona, objeto o evento significativo.
Incluye reacciones y componentes físicos, psicológicos, sociales y espirituales cuya intensidad y duración serán proporcionales a la significación de la pérdida".
"La pérdida de un hijo se trata como un duelo especial, ya que si nos guiamos por la 'ley de vida', ningún padre piensa que vivirá lo suficiente para ver la muerte de su hijo, normalmente ocurre lo contrario y son los hijos los que tienen que ver morir a sus padres.
En lo personal, nunca me ha gustado la palabra superar al referirme al dolor.
Pienso que el dolor no se debe superar.
Se debe vivir, sentir, experimentar y entender.
Solo así podremos atravesar el duelo y encontrar razones y significado a lo que acabamos de vivir.
¿Es posible continuar con tu vida? Sí.
Y también se puede encontrar nuevamente la felicidad y las ganas de seguir adelante.
El cómo va a depender de cada persona, pero existen herramientas a nuestro alrededor para ayudarnos, la tanatología y la psicoterapia son dos de las más efectivas".
"Pienso que no se debe intentar atenuar el dolor, como lo mencioné previamente, se debe de vivir y entender.
La tanatología y la psicoterapia en estos casos tendrán como objetivo ayudar al consultante a transitar su duelo poniéndole nombre y forma a sus emociones y sentimientos.
No existen las emociones 'malas', solo emociones adaptativas y es importante que las personas entiendan eso.
El rol del terapeuta será el de acompañar.
Alan Wolfelt hablaba de la filosofía de acompañar y mencionaba cómo el acompañamiento se trata de estar presente para el dolor de otra persona; no de hacer que su dolor desaparezca".
"La mayoría de nosotros podemos continuar con nuestras vidas después de una pérdida una vez que entendemos que el duelo cumple una función adaptativa y que logramos reconocer nuestras emociones y sentimientos.
El terapeuta debe intervenir desde la escucha activa, sin prejuicios.
Sin intentar dar consejos ni imponer exigencias.
Debe ser capaz de reconocer lo que el consultante está viviendo y ayudarlo a que pueda canalizar sus emociones y poco a poco ir aceptando su nueva realidad.
Algo que me parece sumamente importante es rescatar dentro de la consulta el que todo cambio implica una pérdida, igual que toda pérdida es imposible sin el cambio.
Y que esta pérdida, por más difícil que parezca, puede generar cambios importantes y positivos en su vida".
.
"La vida y la muerte funcionan de maneras muy misteriosas y no pienso que exista una respuesta para esta pregunta.
Pienso que la muerte es una gran maestra y viene a dejarnos lecciones de vida sumamente importantes.
La realidad de cada familia es muy diferente al resto, solo las personas involucradas saben lo que pasa de verdad en su núcleo más íntimo.
Hablando de las tragedias, bien dicen que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.
Rosa Montero también decía: “Como no he tenido hijos, lo más importante que me ha sucedido la vida son mis muertos, y con ello me refiero a la muerte de mis seres queridos…”.
Y yo estoy completamente de acuerdo con ella, soy una persona que ha sufrido la muerte de su madre y de su padre, de su abuela, de su nana y de su tía y varias de esas muertes no fueron en situaciones sencillas o comunes.
Hoy vivo por todos ellos y ellas, sus muertes han sido grandes lecciones de vida y me han permitido salir adelante y seguir luchando por mis sueños.
Síguenos en Facebook y entérate de las noticias trend de la semana
No hay comentarios.:
Publicar un comentario