A 71 años de su estreno, El Mártir del Calvario protagonizada por Enrique Rambal y dirigida por Miguel Morayta es una película que ha trascendido varias generaciones, por lo que se programa cada Semana Santa en la televisión nacional para recordar la vida de Jesús de Nazareth desde el inicio de su ministerio, sus milagros, el sermón del monte y su muerte en la cruz.
El Mártir del Calvario sigue siendo la película mexicana bíblica por excelencia", afirmó para el crítico de cine, el maestro Saúl Rosas.
La cinta se estrenó el miércoles de la última semana de cuaresma de 1952, el 2 de abril, y en el trabajo cinematográfico rodado en los Estudios Tepeyac de la Ciudad de México participaron actores de la talla de Manolo Fábregas (Judas Iscariote), Alicia Palacios (Magdalena), Consuelo Frank (Virgen María) y José María Linares-Rivas (Caifás).
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"A mi parecer no es excelente película, tiene baja producción, Miguel el director se ocupó de filmarla mucho en los estudios Tepeyac (sin locaciones) y se nota en los decorados, pero se vuelve de culto precisamente por eso.
Aquí lo que esconde la producción y las fallas derivadas del poco presupuesto es la historia de Jesús de Nazareth y ha trascendido porque se ha vuelto una película de culto que cada Semana Santa la transmiten en televisión, ya sea de paga o de tv abierta y es indispensable, quien no la haya visto no tiene cultura cinematográfica".
"Su valor histórico es que es la única película del género bíblico mexicana que ha trascendido, no solamente en nuestro país sino en las fronteras, aunque en 1970 se hizo una película llamada con Carlos Piñar y que es una adaptación de la vida de Jesús en un pueblo mexicano.
El Mártir del Calvario sigue siendo la película mexicana bíblica por excelencia".
"En los años 50 había mucho refugiado español en nuestro país y muchos de ellos eran actores y el director les ofreció trabajo".
"Vemos un mártir del calvario españolizado en su lenguaje, aunque no lo quisieron hacer así, sino con un castellano antiguo y su trabajo es bastante interesante.
Se cuenta que tuvo que hacer mucho ejercicio y someterse a una dieta estricta de fuerza y proteínas porque la cruz que utilizaba en la película no era de utilería, era una cruz de verdad.
Vemos a Manolo Fábregas como Judas.
Vale la pena verla como una curiosidad cinematográfica nacional y en lo particular tiene más de 40 años que cada Semana Santa la veo nada más a ver si rompo un récord de guinness.
La película en esencia comparada con muchas otras películas del género no es muy buena; sin embargo, es una película de culto y vale la pena que las nuevas generaciones vean El Mártir del Calvario: es conmovedora, sobre todo al final que ya sabemos cuál es".
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La versión íntegra de El Mártir del Calvario se encuentra en buscadores como Google.
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