Joseph Ratzinger perdió la vida este sábado 31 de enero a los 95 años de edad, según lo confirmado por el vocero del Matteo Bruni.
El papa emérito Benedicto XVI ha pasado a la historia de la iglesia católica principalmente por aquel inolvidable 10 de febrero del 2013 cuándo pronunció un discurso en latín que sacudió a la iglesia desde sus cimientos.
"Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino".
En aquel momento , el “Rottweiller de Dios” tenía 86 años y se convirtió en el único papa que había renunciado desde Gregorio XII que lo había hecho en 1415, 600 años atrás.
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Cómo te habíamos adelantado en La Verdad, existe un protocolo que la iglesia sigue cuándo un papa fallece, sin embargo al ser este un papa emérito, la situación es totalmente inédita.
Fue este mismo sábado que el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, anunció que el funeral se celebrará el 5 de enero, a las 9; 30 horas ( hora de Roma) en la basílica de San Pedro y lo oficiará el papa Francisco.
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Además, los restos de Ratzinger serán trasladados a la basílica el 2 de enero para que los ciudadanos puedan despedirse del papa fallecido.
El principal diferencial del fallecimiento de Benedicto XVI es que no desencadena un proceso político, es decir, un cónclave para elegir a un nuevo Papa.
El rito convencional papal indica que deben guardarse nueve días de luto.
Pero el último papa fallecido, Juan Pablo II, murió el 2 de abril de 2005 y fue enterrado el 8 de abril.
Por ello, se entiende que se acortó el rito a tres días y fue, precisamente, el decano entonces del colegio cardenalicio, Joseph Ratzinger, quien ofició el funeral y el encargado de administrar la sede vacante.
La principal diferencia es que, en este caso, no se producirá ningún proceso para elegir al siguiente papa.
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