El comercio electrónico se dispara en México gracias a las nuevas generaciones, más proclives al consumo digital.
Atendiendo a los datos que dejó el sector sobre la mesa durante el pasado curso, queda claro que el repunte tenderá a consolidarse: el volumen de facturación que alcanzó el país al cierre de 2021 superó los cuatrocientos mil millones de pesos.
Se trata de una subida de veintisiete puntos porcentuales con respecto al año anterior, una cifra que, según el informe elaborado por la Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO), explica bastante bien por qué a día de hoy el ecommerce en México constituye el once por ciento del total de las ventas al por menor.
El ritmo de esta tendencia alcista viene dado, entre otras cosas, por el hecho de que los consumidores hayan abierto el abanico de productos a la hora de la compra a través de medios digitales.
Cabe destacar que en este sentido el podio de las categorías que mayor demanda registran está ocupado por artículos de salud, belleza y moda.
Atendiendo a una encuesta realizada por Clearsale, compañía especializada en la gestión de fraudes online, el treinta y nueve por ciento de la población mexicana afirma recurrir al comercio electrónico al menos una vez cada siete días.
Una de las causas que se encuentra detrás de estos números es sin duda la adhesión de las nuevas generaciones a este escenario de compra, al que se adhieren con una frecuencia altísima y dejando unos desembolsos de dinero también muy elevados.
La denominada generación Z, es decir, la compuesta por personas nacidas entre los años 1995 y 2010, es justamente la que en estos momentos empieza a sumarse al mercado laboral y a tener poder adquisitivo.
Si a esto le sumamos que se trata de un perfil de consumidor en el que predominan los nativos digitales que no tienen cargas familiares, parece evidente que, además de desenvolverse en su medio natural (Internet), acumulan más ingresos disponibles para dedicar al comercio electrónico.
En consecuencia, también se han visto ligeramente modificados los hábitos de conducta en las pasarelas de pago de las tiendas virtuales.
Aunque las tarjetas de crédito y débito suelen ser los métodos más habituales en el país, la predilección que muestran estos jóvenes en el momento de pagar, según los datos ofrecidos por Clearsale, comprende el uso de monederos digitales como PayPal, Amazon Pay o Google Pay.
De hecho, el treinta y siete por ciento de los mexicanos se decanta por estas aplicaciones, y lo hace además por una cuestión de sencillez, ya que el proceso es especialmente rápido y no implica grandes rodeos.
Del otro lado están quienes todavía se decantan por las tarjetas de crédito cuando llega el turno de comprar a través de internet.
Concretamente, esta tiende a ser la preferencia de las personas que rebasan los cincuenta años de edad.
En cualquier caso, más allá de la modalidad de pago predilecta, donde sí parece haber consenso es en la predisposición que los consumidores mexicanos muestran a la hora de someterse a controles de verificación de datos en las tiendas virtuales.
Nueve de cada diez personas afirman estar conformes con medidas de este tipo, teniendo en cuenta que ayudan a prevenir el fraude y a crear entornos en los que el riesgo se minimiza.
De ahí se desprende la importancia que la ciberseguridad cobra en los ecommerces del país, donde las medidas de protección se han intensificado en los últimos años, siguiendo además el modelo de las dos grandes referencias digitales en este aspecto: las entidades bancarias y los juegos de azar.
En el primero de los ejemplos, los bancos que operan a través de internet centran su empeño en encriptar los datos personales de los clientes para que no queden expuestos frente a terceras personas.
El principal software que está detrás de esta tarea es el conocido como certificado TLS (Transport Layer Security), que no es más que una herramienta que se encarga de ocultar los nombres, los números de cuenta o las claves personales que el usuario deposita en la web y que posteriormente viajarán hasta el servidor de turno.
Tampoco descuidan este apartado las plataformas dedicadas al juego en internet.
De hecho, los mejores casinos online México son aquellos que dedican gran parte de su presupuesto a invertir en ciberseguridad, puesto que se trata de un mecanismo que despierta mucha confianza entre los jugadores.
Estos espacios han logrado especializarse sobre todo en evitar suplantaciones de perfiles de usuarios, gracias en gran medida al uso del denominado sistema KYC (Know your customer), un protocolo de verificación de datos que busca confirmar que la persona que intenta acceder a una cuenta es en efecto la persona que dice ser.
Para ello, los casinos solicitan al cliente, de forma digital, toda la documentación necesaria, sometiéndolos en algunos casos a pruebas de carácter biométrico como las de reconocimiento facial o detección de huellas dactilares.
Está claro que el proceso de identificación es especialmente detallado en este sector.
La incorporación de estos recursos tecnológicos permite transmitir a los clientes la dosis de confianza necesaria para hacer clic en una pasarela de pago.
El ochenta y uno por ciento de los encuestados por Clearsale declara sentirse a salvo cuando los ecommerces invierten en softwares de protección.
México se encuentra un año más entre los cinco países con mejor tasa de crecimiento en comercio electrónico, estando además por encima de la media mundial.
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