
La similitud entre la genética de los humanos y los chimpancés es impresionante, pues se dice que ambas especies comparten el 99% de los genes, es por ello que un científico decidió hacer un experimento y criar a un bebé y un chimpancé como si fueran hermanos para evaluar el comportamiento y aprendizaje del animal, sin embargo esta situación causó gran polémica.
El responsable de este polémico experimento fue el psicólogo Winthrop Niles Kellogg, quien en junio de 1931 inició un experimento en el que participaron él, su esposa Luella, su hijo de 10 meses de edad, Donald Kellogg y Gua, una chimpancé de siete meses de edad.
El psicólogo realizó este experimento para saber cuán parecidos podrían ser los primates y los humanos, por lo que decidió criar al bebé y al chimpancé como si ambos fueran sus hijos, para así determinar si los instintos naturales del primate era más dominantes o recesivos respecto al lugar y la forma en la que crecen.
Los registros de este experimento están en el escrito del científico titulado “El Niño y el mono”.
De acuerdo con el informe, tanto Donald como Gua fueron tratados y vestidos de la misma manera, además se les enseñaría lo mismo para ver si los dos podrian adquirir las mismas habilidades teniendo pocos meses de vida, fue así que con el paso del tiempo Donald empezó a ver a Gua como una hermana.
El experimento solo duró 9 meses, pero estaba planeado para durar cinco años.
Durante este tiempo el psicólogo se percató que Gua podía realizar tareas y seguir órdenes, incluso mejor que su hijo, por ejemplo, comía con cubiertos y aprendió a ir al baño sola.
Además el chimpancé daba besos, pedía perdón, lo que demostró que el primate había aprendido algunas habilidades humanas.
Sin embargo, el pequeño Donald empezó a comportarse como un primate.
El psicólogo y su esposa se percataron que el niño empezó a aprender la forma de comunicarse con Gua, gruñia, mordía y jadeaba para pedir algo, además los niños de su edad podían pronunciar en promedio 50 palabras, mientras que él solo tres.
Fue así que al percatarse que la convivencia entre el bebé y el chimpancé había sido perjudicial para Donald, el psicólogo envió de vuelta a Gua al Orange Park, lugar donde vivían sus padres biológicos y otras especies en cautiverio, pero el chimpancé no logró adaptarse y murió solo un año después.
Mientras tanto, Donald creció como un humano y estudió psiquiatría, pero a los 43 años de edad se suicidó.
Hasta el momento se desconoce por qué tomó la decisión o si tuvo algo que ver con su convivencia con el chimpancé a temprana edad.
La comparación del genoma humano y el del chimpancé revela que la diferencia entre ambas secuencias del ADN es de poco más del 1% y que el número de genes es casi el mismo con 99% de similitudes.
Sin embargo, son evidentes las diferencias morfológicas, fisiológicas y cognitivas, lo que quedó demostrado en este polémico experimento con un bebé y un chimpancél, el cual fue realizado en el Twitter para mantenerte informado con las noticias de hoy!.
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