El dolor de estómago es mucho más frecuente de lo que nos gustaría aceptar y en la mayoría de las ocasiones se debe al consumo de una dieta mal balanceada y otros hábitos que pueden dañar al sistema digestivo.
Aunque es un sistema muy complejo, en nuestro intestino se aloja un pequeño universo conformado por trillones de bacterias y microorganismos buenos conocidos como microbiota, los cuales se encargan de cumplir con actividades metabólicas (recuperación de energía y nutrientes), así como de defender a nuestros órganos.
Cuando la microbiota está dañada, es obvio que nuestro sistema digestivo también lo estará, y esto se puede traducir en molestias intestinales, inflamación, flatulencia, pero también en la expulsión de los desechos, por lo que podemos sufrir de estreñimiento, de diarreas, cólicos intestinales, y crear un padecimiento crónico o enfermedades más graves.
La recomendación es cenar al menos dos horas antes de ir a dormir, pero hay quien no sigue este consejo, lo cual podría afectar al estómago. De acuerdo con un estudio realizado a personas con diabetes tipo 2, se determinó que aquellos que cenabas al menos tres veces por semana poco antes de irse a dormir tenían un mayor riesgo a sufrir reflujo, debido a que no se permite hacer una digestión correcta de los alimentos.
Seis hábitos de alimentación que dañan a tu estómago
Nuestro cuerpo se conforma mayormente de agua, pero muchas veces olvidamos mantenernos hidratados y esto es un error para nuestro sistema digestivo, ya que hace que el metabolismo se haga más lento y aumente el riesgo de sufrir estreñimiento. La deshidratación también puede promover una falta de absorción de nutrientes, así que procura tomar suficiente agua.
Parece algo muy inofensivo; sin embargo, mascar chicle podría causarte inflamación estomacal, pues de acuerdo con algunos estudios, consumir chicle a menudo puede generar malestar estomacal debido al aporte de azúcares que se usan en su elaboración, dañando la salud de la microbiota.
La dieta rica en grasas, particularmente en las saturadas y grasas trans, puede estimular la producción de células madre intestinales, lo que generaría una reproducción indefinida de células que se vuelven cancerosas. En tanto, las grasas que no son absorbidas por el intestino pueden generar distensión, cólicos, flatulencias, diarrea crónica, entre muchos otros problemas que dañan a tu sistema digestivo.
La fibra contenida principalmente en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales ayudan a aumentar el bolo alimenticio, mejoran el proceso digestivo, aumentan la obtención de nutrientes, facilitan el procesamiento de alimentos, reducen los niveles de colesterol en la sangre, entre muchos otros beneficios.
Ir a una fiesta o brindar con una copa de vez en cuando es hasta sano, pero hacerlo de forma regular y excesiva puede causar inflamación en el tracto gastrointestinal, causa desórdenes digestivos, deshidratación, crecimiento descontrolado de bacterias y perforación intestinal, por lo que lo mejor es evitar beber en exceso.
El estómago es la porción del sistema digestivo que se ocupa de descomponer los alimentos. El esfínter inferior del esófago en la parte alta del estómago regula el paso del alimento del esófago al estómago y evita que el contenido del estómago retorne al esófago.
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