Este sábado 18 de diciembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS), advertía todo el mundo que la variante Ómicron, provocaría un rebrote de COVID-19 a nivel internacional, despertando el temor de un posible colapso hospitalario en varios de los 89 países donde ya se detectó la cepa.
Pese a que se ha hablado de la peligrosidad de la mutación, las organizaciones internacionales han advertido que tiene información limitada sobre la cepa que está compuesta por más de 50 elementos, lo que la hacen más peligrosa que Delta.
Así mismo se advierte que la nueva variante puede convertirse en dominante en Europa en meses, pues se detectaron muchos casos en diversos países de ese continente, lo que ha hecho temerosa y provocó el refuerzo de las vacunas.
La cepa detectada en Sudáfrica se propaga con gran facilidad en todos los países con altos niveles de inmunidad poblacional, pero de momento no está claro si esto se debe a la capacidad que tiene el virus SARS-CoV-2 para evadir la inmunidad.
Variante Ómicron generará saturación de hospitales
Ante el panorama, la OMS advirtió que con el aumento de casos acelerado, los hospitales podrían verse saturados en algunos lugares, por lo que pidió a los gobiernos de los diversos países estar preparados.
Las características de la nueva variante la hacen más peligrosa y más potente que Delta, misma que en su momento, fue considerada como la más letal y preocupante.
La cepa B.1.1.529, está compuesta por 55 mutaciones con respecto al virus original de Wuhan detectado en diciembre de 2019; 32 de ellas están situadas en la proteína S o espícula, lo más importante por su papel en la infección que provoca en las células.
Recientemente se confirmó la primera muerte por la variante Ómicron y fue en Reino Unido, por lo que Boris Johnson ordenó la aplicación de la tercera dosis de la vacuna contra COVID-19.
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