Desde que inició la cuarentena por el COVID-19 los abuelitos no habían visto a sus nietos, por lo que usaron disfraces de osos polares para abrazarlos.
Una pareja de abuelitos que han estado protegiendose del COVID-19 desde marzo finalmente pudieron abrazar a sus nietos gracias a un par de disfraces inflables de oso polar.-
Los abuelitos sorprendieron a sus nietos con los disfraces
Barbara, de 71 años, y Clive Walshaw, de 73, dijeron que el momento en que llegaron a abrazar a sus nietos después de nueve meses fueron los "mejores seis minutos ' de 2020.
Los niños quedaron devastados cuando les dijeron que no podían pasar Navidad con sus abuelos y que, en cambio, solo podrían verlos a través de la pantalla de una computadora portátil el 25 de diciembre.
Pero mientras Barbara estaba haciendo compras navideñas en línea, se topó con los disfraces de osos polares inflables y se le ocurrió un plan ingenioso y seguro para protegerse del COVID-19.
- Se informó a La Verda Noticias que, los abuelos se escabulleron hasta la casa de los niños en Kirkstall, Leeds, y sorprendieron a Quinn, de seis años, Morgan de ocho y Mackenzie, de 14, mientras vestían los disfraces de 6 pies y 6 pulgadas.
Barbara dijo que a Metro que la conmovedora reunión trajo mucha alegría a la familia y un "puro espíritu navideño".
La abuela, de Bramley, dijo: “Al principio no podían entender por qué no podían regresar y fue tan desgarrador".
La más pequeña seguía preguntando si podía venir. Fue muy duro para todos los chicos.
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“Normalmente pasamos el día de Navidad con ellos y nos preguntábamos qué íbamos a hacer con todo lo que estaba pasando".
COVID
“Queríamos tener cuidado porque si nos poníamos mal, no seríamos solo nosotros los que estuviéramos mal, los chicos se sentirían responsables de ello, que no es lo que queríamos".
“El niño más joven estaba un poco intimidado por estos enormes osos polares, pero cuando se dio cuenta de que éramos nosotros, fue tan encantador. Tantos abrazos. Fue increíble. Fueron unos seis minutos ".
La familia unida normalmente pasa juntos dos o tres días a la semana, y los abuelos incluso tienen una habitación libre para los niños.
"Este año ha sido muy duro", añadió Barbara. “Fue algo fuera de este mundo, esos seis minutos, pura alegría navideña y algo que no se puede describir.
“Todos estaban tan felices en esos seis minutos. Y reímos y lloramos. Me encantó'
El hijo de Barbara y Clive, Neil Walshaw, de 45 años, concejal, dijo que era un recuerdo que sus hijos "nunca olvidarían" gracias a la "asombrosa" idea de su madre.
Alrededor del mediodía del día de Navidad, Neil y su esposa Hazel, de 44 años, les dijeron a sus tres hijos que habían escuchado un rumor de que había avistamientos de osos polares en Kirkstall.
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