Estos son los diez puntos más importantes sobre la celebración mexicana del Día de Muertos.
El Día de Muertos, se celebra con ofrendas y flores de cempasúchil, en pocas palabras, es toda una fiesta con la mejor decoración y la mejor comida para recibir a aquellos que se adelantaron, en La Verdad Noticias te decimos lo que debes saber de este festejo.-
10 puntos sobre el Día de Muertos
El Día de Muertos se celebra en México antes de la llegada de los españoles, era una celebración común a todas las culturas de Mesoamérica que tenían una idea parecida sobre la muerte y su significado. En estas culturas, el destino de los muertos estaba marcado por la forma de vida que tuvo la persona en culto. Con la llegada de los españoles, la fiesta se mezcló y agregó nuevos elementos y significados católicos. La cruz de flores es el más significativo de estos elementos.
El 1 y 2 de noviembre tiene lugar esta celebración, normalmente comienza ya la noche del 31 de octubre cuando se encienden las primeras veladoras para recibir a los muertos chiquitos, a los niños, es el día de Todos los Santos.
La noche del 1 al 2, la ofrenda alcanza su máximo esplendor. Se reza y en algunas zonas del país se pasa la noche en los panteones. Es el Día de los Fieles Difuntos. Al terminar la celebración, se degustan todos los platillos y bebidas de la ofrenda.
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La muerte era importante en las culturas mesoamericanas. Al inframundo lo llamaban Mictlán, y Mictlantecuhtli era el señor de la muerte donde el destino final de las personas estaba determinado por la conducta desarrollada en la vida.
La relación de un mexicano con la muerte viene desde estas fechas. El ritual del Día de Muertos permite acercarnos sin miedo al destino final, reencontrar a los seres queridos. A la muerte se le tiene miedo, respeto pero nos acercamos a ella, nos reímos para ocultar el temor.
Con los mexicas, el Mictlán era el lugar de los muertos, donde los fallecidos atravesaban durante cuatro años un proceso para dejar el cuerpo y las emociones a su paso. Había nueve niveles que eran obstáculos que las personas debían superar. En el primero, por ejemplo, había un río que las personas cruzaban con ayuda de un xoloitzcuintle, un perro sin pelo emblemático de México.
Después, se metían a cuevas, escalaban montañas de obsidiana, resistían fríos vientos, perdían la fuerza de gravedad, recibían flechazos, entre otras acciones. El último nivel representaba el paso de nueve ríos y era como encontrarse con todas las emociones, en un proceso de purificación.
- La ofrenda será un lugar de veneración. Al final de la conmemoración, la familia procede a comer la ofrenda, que también fue tomada, en esencia, por los difuntos de la familia. A nivel social, los mexicanos la expresan de una manera divertida mediante pequeñas rimas llamadas “calaveritas” en donde en tono burlón hablan de varios personajes y de su muerte.
celebración
Las imágenes de los difuntos de la familia a los que se le dedica esta conmemoración jamás deben faltar. Las velas y veladoras se dejan encendidas. Se colocan frutas, pan y comida que le gustaba a los muertos. La bebida de su predilección se pone en la ofrenda, desde agua hasta cerveza o tequila.
Se adorna con papel picado con la imagen de la muerte y flores de cempasúchil que marca el camino de vuelta a casa. De igual manera se prende copal e incienso y también sal, esto con el fin de alejar a los malos espíritus.
El cempasúchil es una planta originaria de México y de Centroamérica que se utiliza como adorno en las ofrendas y altares también florece en el otoño (cerca del Día de muertos). Se dice que sus pétalos de color amarillo marcan la senda que deben recorrer los muertos durante la visita que hacen estos días porque se supone que guardan el calor del sol y su aroma los llama.
Los muertos y los dioses son los primeros personajes de estos días desde tiempos prehispánicos. El elemento común era el perro llamado xoloitzcuintle, que según la tradición ayudaba en el Mictlán a hallar el camino a su destino final.
A principios del siglo XX se añadió la Catrina, la calavera creada por el grabador José Guadalupe Posada, que vestida de varias formas, marca es visión satírica, de burla que se tiene con la muerte en México.
Los alebrijes, una artesanía hecha de cartonería y con colores vibrantes que representan animales fantásticos, comenzaron a popularizarse a partir de la segunda mitad del siglo XX.
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