Proponen revisar salud mental y antecedente criminal de clérigos en Rusia

Diputado de Rusia propone un control de salud mental y criminal para los sacerdotes esto después de que un asesino convicto tomó el control de un convento


Un político de Rusia ha sugerido que todos los futuros reclutas para el sacerdocio sean revisados en busca de antecedentes penales y que además sea examinada su salud mental, esta propuesta se da luego que un ex clérigo ortodoxo ruso, Shikhigumen Sergius, con historial criminal de asesinato se rebelara y se hiciera cargo de un convento.

Sacerdote era un asesino

-Yevgeny Marchenko, miembro del Comité de la Duma del Estado sobre construcción y legislación estatal, ha pedido que se incluya a los clérigos en la "lista de profesiones con un examen médico obligatorio para enfermedades mentales" pero que aunado a ello deberán presentar un certificado que compruebe que no tiene un historial criminal previo.

Hace dos semanas, Shikhigumen Sergius del Monasterio Central de los Urales entró en el centro de atención nacional después de utilizar combatientes cosacos para hacerse cargo de un convento de mujeres, lo más impresionante es que el sacerdote es un ex oficial de policía que una vez pasó 13 años en prisión por asesinato.

En Rusia el Rasputin del coronavirus. Un conocido sacerdote ortodoxo católico ruso niega la existencia del Covid-19. Le declaro la guerra a la Vacuna.

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— JULIAN ARTURO ZAPATA FELICIANO (@ILIASIYUN) June 23, 2020

El golpe de Estado de Shikhigumen Sergius tuvo lugar en respuesta al despojo de su derecho a predicar, después de llamar a Covid-19 una "pseudo-pandemia" y alegar que todo era una artimaña para microchip al público.

Este supuesto sacerdote no sólo sugirió que la pandemia del Covid-19 es falsa, sino que también se quejó del cierre de iglesias durante la crisis aludiendo que se hizo bajo la presión de "las autoridades ateas".

Tras la privación de su trabajo, Shikhigumen Sergius expulsó al líder legítimo del convento, la abadesa Varvara, y se negó a dejar entrar a la jerarquía eclesiástica y a los periodistas.

Las acciones erráticas del clero no acabaron allí, ya que se suponía que el 26 de junio, Shiigumen Sergius debía ser juzgado ante el Tribunal Eclesiástico, pero no se presentó.

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